COVID-19 en Sancti Spíritus: ¿lección aprendida?

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Desde este 12 de octubre, la mayoría de las provincias cubanas comenzará a transitar por la nueva normalidad. Ni Sancti Spíritus, Ciego de Ávila ni La Habana lo harán, por decisión del Grupo temporal de trabajo para la prevención y control de la COVID-19. Era obvio.

zona restringida en sancti

Hace apenas unos días, específicamente el 5 de octubre, ese propio órgano determinó que la provincia espirituana retornara a la fase de transmisión autóctona limitada del SARS-CoV-2. Otra decisión no sustentada en conjeturas, en modo alguno. Una valoración minuciosa del deterioro de los indicadores del comportamiento de la pandemia en Sancti Spíritus precedió a esa determinación del grupo temporal.

 

La sinuosidad de la curva de contagiados en un día viene a recordarnos que, pese a todo, seguimos en medio de un campo de batalla donde el adversario de la COVID-19 no ha depuesto las armas. Nada más semejante a un cachumbambé que el reporte de los casos diarios aquí, como en toda la isla; si una jornada rozamos el suelo, en la próxima podemos con el mismo impulso subir y subir.

Lo acaba de confirmar la notificación, al cierre de ayer, de 14 nuevos pacientes infectados por el SARS-CoV-2 en la provincia, cifra que hoy ha sido la más alta en Cuba. Con una gravedad singular el dato ha multiplicado siete veces los dos casos que reportábamos ayer.

Y se continúan elevando los diagnosticados del municipio cabecera, hoy con 10 confirmados; y siguen apareciendo contagios en otros: 3 en Trinidad y uno en Cabaiguán. Pero lo de la dispersión de la enfermedad en la provincia ya lo sabíamos, como también advertíamos que el desescalamiento de las estadísticas no será tan veloz como el ascenso.

Quizás a usted le haya dolido, como a mí, no ver la provincia en la lista de las que entrarán en la llamada nueva normalidad. Lo siento así, sobre todo si partimos de un elemento: Sancti Spíritus no reportó ninguna persona infectada con la COVID-19 del 10 de mayo al 7 de septiembre, o sea, durante casi cuatro meses.

Desde el día 8 de septiembre, el coronavirus mantiene en ascuas a los cuatro puntos cardinales de la provincia, cuyo número de contagiados triplica el de la primera oleada, ascendente a 197 confirmados en esa oportunidad.

Hoy por hoy, es bien sabido que el epicentro de la pandemia en la provincia se localiza en el municipio capitalino, donde existen dos eventos de transmisión abiertos: uno en el área Norte y otro en la Centro, que suma la mayor cifra de espirituanos positivos a la COVID-19.

No olvidamos tampoco el evento de la Agencia Taxis Cuba y el del hotel Village Costasur, ambos de Trinidad, y los cinco controles de focos activos: el del Hospital Provincial General Camilo Cienfuegos, sede del Gobierno municipal, área Sur, tiendas TRD y Olivos; confirmatorios de la dispersión de la enfermedad por la ciudad espirituana.

En consecuencia, resulta significativa la cantidad de áreas de la provincia bajo restricción de movimiento en este minuto, medida que presupone la acción coordinada de diversas entidades, organismos e instituciones para garantizarles los aseguramientos básicos a esas familias aisladas en sus hogares.

No pocas son las disposiciones aprobadas por el Consejo de Defensa Provincial para frenar el avance de la segunda oleada de la COVID-19. Tampoco son pocas las violaciones que a diario se suceden en la calle; especie de gasolina a punto de encenderse e incrementar la cantidad de infectados.

Un ejemplo ilustrativo lo exponía la vicepresidenta del Consejo de Defensa Provincial, Teresita Romero Rodríguez, en videoconferencia de ese órgano transmitida por Centrovisión. De paso hacia el oriente del país, integrantes de la oficina del Primer Ministro, Manuel Marrero, detectaron 36 espirituanos sin emplear el nasobuco.

Por si el ejemplo no resultara suficiente, le recomendaría darse una vuelta por la farmacia del Parque La Caridad los viernes, fecha señalada para sacar nuevos lotes de medicamentos. Allí, el distanciamiento físico se infringe a diestra y siniestra, como, también, en la panadería contigua a esta unidad farmacéutica.

Precisamente, las infracciones del distanciamiento entre las personas y el incumplimiento de otras medidas de bioseguridad le tendieron la alfombra a la COVID-19 para que entrara nuevamente a la provincia. Se continúa obviando la advertencia de los expertos acerca del peligro que representa la transmisión asintomática del SARS-CoV-2.

Al propio tiempo, durante las últimas semanas los epidemiólogos han tenido que convertirse en verdaderos detectives y psicólogos para determinar las cadenas de contagios, ante la falta de transparencia de algunos enfermos a la hora de referir sus contactos directos.

Al escuchar reflexiones al respecto en voz de autoridades de Salud de la provincia, deduzco que en ciertos casos ha primado el interés personal por encima del social, que se traduce en no contribuir a evitar la expansión del coronavirus.

Por estos y otros motivos, la COVID-19 mantiene en ascuas a Sancti Spíritus, provincia que este lunes no empezará a transitar por la nueva normalidad, como la mayoría de los territorios de Cuba. ¿Habremos aprendido la lección?

Información RADIO SANCTI SPIRITUS y ESCAMBRAY

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