En medio de la urgencia de acabar de despegar en la solución de no pocos y complejos problemas de la economía cubana, cuyas causas y condiciones no son únicamente internas ni subjetivas, debemos estar claros de que algunas medidas dirigidas a reanimarla empezarán a tener sus frutos a mediano y largo plazos.
Porque ante todo se requiere disponer de un entorno favorable que permita a los sectores que crean riquezas realizar con eficiencia y efectividad su función, lo cual en las condiciones de un país como el nuestro pasa por corregir distorsiones pese a hallarnos sometidos a una cruda guerra de asfixia económica y a los vaivenes del comercio exterior.
En tal sentido por estos días, en diversos espacios informativos y académicos, se ha retomado el tema de la anhelada estabilización macroeconómica, del que varios expertos han advertido su necesidad o importancia si queremos revertir la crítica situación que enfrentamos.
Tal cual ha ejemplificado -y comparado con un estadio de beisbol- el Licenciado Ian Pedro Carbonell Karell, director de Políticas Macroeconómicas del Banco Central de Cuba, se trata de lograr que el terreno esté en buenas condiciones para que los peloteros puedan jugar bien.
La macroeconomía es útil porque nos permite analizar la mejor forma de conseguir los objetivos económicos de un país, entre éstos conseguir la estabilidad en los precios, disminuir la inflación, o sea que las políticas fiscales y monetarias impacten de manera positiva, lograr el crecimiento económico (Producto Interno Bruto), fomentar el empleo y mantener una balanza de pagos sostenible y equilibrada, variables todas interconectadas de alguna manera.
Es decir, su importancia radica en la capacidad de proporcionar una visión panorámica de la economía, permitiendo comprender los factores que determinan el bienestar de la sociedad en su conjunto, y a partir de ahí estudiar tendencias, prever crisis, formular políticas públicas adecuadas...
Incluso a nivel mundial no pocos académicos aluden a lo que consideran como agentes macroeconómicos, aquellos que participan en la economía y que por lo tanto, influyen sobre ella:
Empresas: Se encargan de la producción de bienes y servicios. Su actividad influye sobre la oferta, el empleo o la recaudación fiscal.
Familias: Éstas suponen una buena parte del consumo y de la mano de obra.
Estado: Es el encargado de la regulación de los mercados a través de las leyes y también de la fijación de los impuestos que pagan familias y empresas.
Banco central: Es el responsable de la política monetaria influyendo sobre la oferta de dinero.
Pero en opinión del Máster en Ciencia Carlos Enrique González García, del Ministerio de Economía y Planificación, todos esos procesos inflacionarios, de desequilibrios macroeconómicos, a los que más afectan es precisamente a los asalariados y a los pensionados, porque hay otros agentes de economía que son capaces de manejar los efectos.
En el caso particular de nuestro país siempre debemos tener en cuenta cuánto daño han ocasionado - y ocasionan todavía- el bloqueo estadounidense y la injusta inclusión de la Isla en la lista de naciones promotoras del terrorismo, y el impacto que también en el descalabro económico generó la COVID-19.
La principal referencia que se tiene en Cuba de un programa de estabilización o una estrategia de estabilización lo impulsó en los años 90 el Comandante en jefe Fidel Castro, en que como recordó el Máster en Ciencias Carlos Enrique González García disminuyó el tipo de cambio de más 130 pesos a 20, logró control de la inflación, y estimular la economía, uno de los puntos fundamentales pues a veces decimos por qué tanto énfasis en la necesidad de estabilizar macroeconómicamente, ah, porque tenerla nos permite crecer.
O sea, en los 90 primero estabilizamos y después vinieron los resultados; la política de turismo de éxito, el resto de los elementos orientados a estimular la economía y dio éxito, pero solo después que se había logrado estabilizar la economía y controlar el tipo cambio, manifestó el experto del MEP en una de las emisiones del espacio televisivo Cuadrando la caja.
CUATRO PROBLEMAS FUNDAMENTALES A RESOLVER
De acuerdo con el Licenciado Joel Marill Domenech, especialista del referido organismo, en el trasfondo de los desajustes que enfrenta hoy día el país está, por el lado de la oferta, la caída de la producción nacional y la disminución de la oferta importada, asociada a las restricciones de divisas y las deformaciones del modelo productivo cubano, todo ello en medio de un bloqueo económico acrecentado por el Gobierno de EE. UU.
Por el lado de la demanda, ha subrayado el experto del MEP, se encuentra la acelerada dinámica de crecimiento de la cantidad de dinero en circulación, debido al financiamiento de los déficits fiscales del Presupuesto, con emisión monetaria sin respaldo productivo.
Según Joel Marill restaurar los equilibrios macroeconómicos implica, en última instancia, atender al menos cuatro problemas fundamentales que deben resolverse gradualmente:
- El alto déficit fiscal, que conlleva emisión monetaria sin respaldo productivo.
- La inconvertibilidad de la moneda y la inexistencia de un esquema cambiario funcional para el acceso a las divisas, a un tipo de cambio fundamentado.
- La dolarización parcial de la economía, que limita las funciones de la moneda nacional.
- Y los problemas asociados a las restricciones del sector externo, que traen como consecuencia una baja generación de ingresos y un alto endeudamiento en el país.
En diciembre pasado ante la Asamblea Nacional del Poder Popular, el Primer ministro Manuel Marrero Cruz, al presentar el Plan de proyecciones del Gobierno para en el 2024 corregir distorsiones y reimpulsar la economía, señaló:
Hemos venido trabajando todo el año en una serie de análisis y propuestas, consultas a especialistas, con la seguridad de que es necesario un grupo de decisiones y sistemas de trabajo. Aun cuando sabemos que el escenario del 2024 tendrá complejidad, experiencia de trabajo en tiempos de crisis hay”.
El propósito es restaurar los requisitos macroeconómicos que permitan garantizar un entorno favorable para el crecimiento económico, el desarrollo y el proceso de construcción socialista.
Es –explicó Marrero– un cambio esencial en materia de gestión macroeconómica. Su implementación integral y coordinada es parte del Plan Nacional de Desarrollo hasta 2030, y requiere de la consolidación de la coordinación y participación de diversas instituciones para fortalecer la disciplina fiscal financiera y la transformación productiva.
Esto supone, según Joel Marill Domenech –en primer lugar–, alcanzar un entorno de inflación baja y controlable, que permita restablecer la estabilidad y la confianza en la moneda nacional, para así crear un clima favorable, con vistas a elevar la eficiencia de las actividades productivas y desarrollar el proceso de desdolarización de la economía.
También como aseguró el Doctor en Ciencias Antonio Romero, profesor titular del Centro de Investigaciones de Economía Internacional de la Universidad de La Habana, aunque el balance y la trayectoria de la economía cubana en los últimos años y particularmente en el 2023 fue bastante crítico, dar prioridad al programa de estabilización macroeconómica es positivo.
Informaciòn de cUBAHORA
comentarios que irrespeten los criterios ajenos, ofendan, usen frases
vulgares o atenten contra la dignidad de una persona o grupo social.