A punto de cumplirse 510 años de fundada, Sancti Spíritus vive un ajetreo constructivo que le devolverá la lozanía a muchas de sus instalaciones
En medio de la multitud que transita de un lado al otro del bulevar, decenas de obreros de diversas entidades asumen las labores reconstructivas en muchos de los inmuebles que conforman esta populosa avenida en la ciudad cabecera provincial.
El motivo está muy claro, arribar al cumpleaños 510 de la fundación de la villa del Espíritu Santo con una imagen renovada y bella, aunque para lograrlo haga falta destreza, como la que se necesita para subir a uno de los andamios que adornan el paisaje citadino o simplemente descolgarse de una cuerda, a varios metros de altura, para pintar hasta el más mínimo detalle en la fachada de algún edificio colonial.
Al parecer, el esfuerzo de algunos pasa de largo como los propios transeúntes que ni siquiera se percatan del amplio movimiento reconstructivo en estos días; aunque hay otros que sí se detienen a observar, preguntan, sugieren y hasta cuestionan determinados procederes, típico de la sapiencia de los espirituanos.
La cuarta villa de Cuba se acerca, este 4 de junio a un nuevo cumpleaños, sin descuidar su entorno, aunque para materializar cada acción necesite exprimir sus arcas o hacer maravillas con tal de garantizar los recursos imprescindibles, esos que le devolverán a cada espacio dañado la belleza original y nuevos colores que a su vez destellan alegría.
Mientras tanto, en medio de restricciones financieras y de recursos para enfrentar un amplio programa constructivo, la añeja villa fundada en 1514 le dará la bienvenida a este nuevo aniversario, luciendo un traje típico colonial, con inmuebles, aleros, balaustres, tejados, callejuelas, fachadas y vitrales más relucientes que antes, así festejará junto a su pueblo dicho advenimiento, teniendo como testigo las tres joyas que la identifican: el puente sobre el río Yayabo, la iglesia Parroquial Mayor y el Teatro Principal.
Información de ESCAMBRAY
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